316 EL SIGLO DE LA MUJER. RECURSOS EN RED

 Un país de mujeres

"Te estoy provocando, ¿verdad? Pues eso es exactamente lo que pretendo".

Un país de mujeres 
 La empresaria y actriz Teresa Gimpera en 2002. ISABEL MUÑOZ | 24-11-2011

 Es evidente. Tras décadas de campar a sus anchas, los machistas de este país han desaparecido del mapa. Literalmente. Ha sido imposible que ningún varón, nombre y apellidos mediante, se reconociera como tal y ofreciera sus razones. ¿Una victoria del movimiento feminista? Menos lobos. Más bien una mezcla de saludable progreso social, una parte de corrección política -¿dónde están, también, homófobos y racistas?- y una estricta aplicación del catálogo de buenas prácticas comerciales.

Las mujeres son hoy, más que nunca antes, excelentes parroquianas. Ya sea en el terreno político (son el 51% de la población, mayoría absoluta de electoras), en el social o en el puramente comercial (ellas deciden más del 50% de las compras familiares y el 100% de las individuales), las mujeres votan, compran, influyen, crean y destruyen tendencias, opinan, presionan. Cuentan. Mejor tenerlas contentas. Los publicitarios, oráculos de los cambios sociales y nada sospechosos de saltarse las leyes del mercado, hace tiempo que lo tienen claro. Las chicas se maquillan para ellas mismas y no para sus novios ("L'Oréal, porque yo lo valgo"); son mucho más listas que sus compañeros de piso (Páginas Amarillas) y no se casan con cualquiera (la conductora del Ford Focus y su NO grabado en la tierra).

"El anuncio de la típica tía buena y el deportivo está en desuso. Aparte de que está pasado de moda, es que ya no vende. Lo cual no quiere decir que no quede cierto machismo residual en publicidad. Pero existe otra razón; cada vez hay más mujeres en este negocio y a ninguna se le pasa por la cabeza proponer un anuncio machista, a no ser que sea en clave de humor.


 Inés Alberdi, socióloga feminista, no le molesta tanta cortesía. "El patriarcado no ha desaparecido, pero está de capa caída. Hasta hace poco, las mujeres teníamos que aguantar los chistes, las expresiones, los anuncios ofensivos poniendo cara de póquer. Ahora, sabemos que hay machistas, pero por lo menos no pueden chulear de serlo. Si es sólo corrección política, bienvenida sea".

"¿Que dónde están los machistas?". Enrique Gil Calvo, sociólogo, autor de El nuevo sexo débil. Los dilemas del varón posmoderno (Taurus), acepta divertido el envite. "En la clandestinidad, disfrazados, perfectamente mimetizados con el ambiente. Pero por todas partes". Lo que sucede, sostiene, es que el machista posmoderno es impecable en sus formas. Usa guantes y no deja huellas. Borra las pruebas. Es imposible de perseguir. "El misógino del siglo XXI practica un machismo condescendiente. Cede el paso a las mujeres. Les concede cuotas, les deja la mitad de todas las representaciones. Ahora sois más en todos sitios. El Estado va a ser pronto vuestro. Pero por debajo de esa realidad intachablemente igualitaria, verbal y jurídica, está la situación real. Y esa es que el verdadero poder está en guetos masculinos donde se manda y se influye de verdad, y allí no podéis entrar".

-Pero es un hecho que hay mujeres dirigiendo empresas e instituciones.
-Sí, pero cuando una mujer entra en esos clubes es porque los de dentro le han dejado. Es una mujer domesticada. Aquella que es capaz de estar en ámbitos exclusivamente masculinos sin molestar, sin rivalizar con ellos, aceptando sus reglas del juego, soportando los chistes machistas que, allí sí, se cuentan, y muchos, cuando ellos se relajan. Y es en esos entornos masculinos, secretos, clandestinos casi, donde se toman realmente las decisiones políticas o de negocios, lo importante de la vida. Y lo demás da igual que se lo queden las chicas. Porque es verdad, ellas tienen mas títulos y más matrículas de honor y son más empollonas y más brillantes que ellos.

Gil Calvo clava las estadísticas. Más de la mitad (53%) de los universitarios españoles son mujeres. Seis de cada 10 licenciados en 1998 fueron licenciadas. Pero sólo el 13,2% de las cátedras están ocupadas por catedráticas. Las chicas suspenden (27%) menos que los chicos (36%) en secundaria. Pero el paro femenino dobla al masculino, y, cuando trabajan, ellas cobran el 22% menos que ellos en todos los sectores laborales. En fin, que las españolas sólo ocupan el 31% de los puestos directivos de las empresas públicas y privadas, no llegan al 30% de los escaños de los parlamentos, sólo hay un 10% de alcaldesas y ninguna presidenta autónoma.

Y recuerden cómo llamó a la única mujer magistrada del Supremo su colega Salinas.
¿No las dejan subir o es que ellas no quieren pagar el precio del ascenso? José Bono, presidente socialista de Castilla-La Mancha, lo decía: "Yo quería tener seis mujeres, pero tres me dijeron que no". Bono no se refiere a su casa, sino a la composición de su consejo de gobierno. Quería más consejeras que consejeros, pero las candidatas rechazaron, según él, su oferta con un argumento irrebatible: "No vamos a tener tiempo".
¿Tiempo para qué? ¿Qué cosas distintas, además del trabajo, tienen que hacer ellas que los candidatos varones al Gobierno de Bono ni se plantearon? Premio: la casa, los hijos, la vida privada.
Ellas se tienen que plantear la disyuntiva.
Ellos, no. El peaje, demasiado caro para algunas, determina el perfil de muchas triunfadoras: mujeres solteras, o divorciadas, o sin hijos, o con hijos que ya vuelan solos. Y las que no se ajustan a ese patrón son las reinas del trampeo, del equilibrismo, del salto de obstáculos y del vivir la vida no ya al día, sino al minuto, para salvar el pellejo en casa y en la oficina

Pero mientras la cima aún está lejos, la base se ensancha. Más mujeres se hacen visibles en todas partes.

Hasta en la cárcel. Y otras muchas vienen de fuera, solas, a trabajar a este país para que quizá sus hijas no tengan que conformarse con el último peldaño de la pirámide. Porque no pocas de las que suben escalones lo pueden hacer gracias a que una legión silenciosa de inmigrantes cuidan de sus casas y de sus hijos mientras tanto.


Montserrat es una 'baby-boomer'. La copiosa generación de mujeres que nació en los 60. Las hijas de las pioneras del feminismo cada una a su manera, las que estrenaron la píldora, mujeres que ahora tienen 55 años, que impulsaron a sus hijas a prepararse y lograr lo que se propusieran; las que aún, como la madre de Montserrat, les echan una mano con los niños y la casa si hace falta.

Las coetáneas de Domínguez son, también, las nietas de las mujeres más mayores de este país, las que andan por los 75-80 años, las que vivieron con la idea de sacar la familia adelante y tuvieron los hijos que Dios o sus renuncias quisieron. Y Montserrat y sus amigas son, ellas sí, las mujeres que han dado por descontada la igualdad.

Un equipamiento de serie "hasta que empiezan a trabajar o tienen un hijo", dice Inés Alberdi, autora del retrato de abuelas, hijas y nietas. "Entonces es cuando se sorprenden de que las cosas quizá no han cambiado tanto y se enfurecen de que les apliquen, a ellas, criterios tradicionales. Como tienen poca preparación e interés para lo doméstico y sus parejas tampoco, las soluciones a los problemas suelen ser negociadas, pero el conflicto está latente. Además, tienen expectativas muy altas respecto a la sexualidad y a la relación de pareja. No aguantan porque sí, como sus madres y sus abuelas, y el riesgo de quiebra en la relación es constante".

Ellos y ellas están, pues, en esa edad crítica en que coinciden el mayor grado de exigencia profesional y la absorbente crianza de los hijos, en estado de negociación permanente.

Todo ha ido bien hasta que ahora, con el reloj biológico metiéndole prisa, no sabe por dónde tirar y ha de diseñar su propia vida.

"Ellos no lo hablan. He llegado a la conclusión de que no hablar de lo que les pasa forma parte de la condición masculina. Por ello, el cambio que se está dando en los hombres es discreto, silencioso e incluso algo vergonzante. El camino de las mujeres hacia la igualdad se ha hecho bajo los focos, y las ha llevado a la esfera pública, pero el de ellos se dirige hacia lo privado, que es íntimo, sin estadísticas. Pero se está haciendo".

Enrique Gil Calvo es más directo. "Las chicas buscan ahora la cuadratura del círculo. El tipo igualitario, que se relacione con ellas con sensibilidad. Pero el enamoramiento apasionado parece que exige admiración, que el otro te supere, y ahora no hay chicos que las superen porque al menos formalmente son iguales. Por otra parte, pocos chicos se atreven a emparejarse con chicas listas, que deciden; que tienen, digamos, poder ejecutivo; porque eso inhibe mucho, intimida y no funciona sexualmente. Y si resulta que ahora, además, las tías te dejan, los tíos ya no están tranquilos. La pareja está en redefinición, y cada unión es un experimento".

En fin, se acabó la expedición a la caza del último machista confeso. No se ha dejado atrapar.

Un  diálogo para reflexionar:

- "¿Que si mis colegas  suelen ser machistas?
- No sé, como todos".
- No me dirás que tú eres machista.
- Pues un poco sí, para qué negarlo. Yo en casa no hago nada, lo hace todo mi hermana; pero es porque ella quiere, yo no la obligo. Si mi madre me hace la comida y la cama y me plancha y todo eso, ese es su trabajo. Cada uno tenemos el nuestro.
-¿Y tú tienes novia?
-Sí.
-¿Y qué piensa ella de todo esto?
-Ella no me consiente nada, claro. Cuando vivamos juntos ya espabilaré. Las cosas no se cambian porque lo diga una ministra. Las cosas hay que cambiarlas en cada casa.

Adaptación del artículo de LUZ SÁNCHEZ-MELLADO, ELPAISSEMANAL 24/11/201,
Alexa Chung (segunda por la derecha) junto a Kate Moss y Lana Delrey. / EP
Son una it girl: el término anglosajón que define a una nueva generación de prescriptoras de moda, aupadas por las redes sociales y con tanto peso dentro de la industria textil que hoy, y según todos los expertos, se han consolidado como herramienta de marketing imprescindible para cualquier marca.


A pesar de más de un siglo de historia, el feminismo sigue provocando hoy debates más encendidos que cualquier otro ismo con referencias sociales y políticas, aunque tan solo un 1,7% de españoles se defina como tal según el barómetro del CIS del mes de abril 2013.. Entre la supervivencia y la paridad, la trata de mujeres  y la dirección de compañías e instituciones, la regresión en los derechos tras las primaveras árabes y el fenómeno de las diosas del pop mejor pagadas de la historia, la realidad oscila como un péndulo.  Entre la vistosidad de los swa­rovskis y la invisibilidad de un burka. Ese es el bucle melancólico que sigue teorizando sobre el orgasmo –vaginal o clitoriano–, el cerebro femenino –hemisferio izquierdo más desarrollado–, el lenguaje –utilizamos las mismas palabras al día que los hombres–, el sexo y la pobreza extrema: siete de cada diez parias son mujeres.

Irene Burgos

PARA SABER MÁS:

 HIS-CON-XXI-sociedad-mujer
EL SIGLO DE LA MUJER
530 DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER 8 DE MARZO
521 MUJERES ARTISTAS  (8 MARZO, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER)
516 MUJERES por Garry Winogrand,
103 Geo-Sociedad HOMBRE-MUJER | TENDENCIAS
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