1063 GEOPOLÍTICA DEL PRESENTE: EL MUNDO ACTUAL

GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL.


Los mares, las cordilleras, un río... las barreras naturales han servido para fijar las fronteras de muchas naciones durante siglos. En otras ocasiones, los límites geográficos los ha trazado caprichosamente una mano desde un despacho

Conscientes de que la marcha de la economía, los avatares de la historia, las transformaciones políticas no son caprichos de extrañas divinidades, los hombres se esfuerzan por averiguar las causas de esos fenómenos que arrojan zozobra sobre el futuro.

Platón ya intentó que gobernaran los filósofos y se dio cuenta de que no era la mejor idea. En todo caso, los políticos deberían tener asesores de ética

Porque el camino que ha seguido la humanidad, con todos sus problemas y sus enormes frenazos, es el de la cultura y la racionalidad, el de la democracia y la igualdad, el del bienestar social


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La geografía abarca hoy un amplio esquema  de trabajo holístico. Abarca temas que van desde la geografía física a lo sociológico y culturales. Plantea el mundo como un paisaje cultural a conocer y valorar. De esta manera,  la geografía cultural  abarca temas  de lo social, a la demográfica, a la política, a la urbana y a la económica (incluyendo esta última el estudio de la agricultura, industria, comercio y transporte) para calibrar su capital importancia para estudiar la evolución de los humanos en el siglo XXI. 

 Para percibir a la Humanidad necesitamos atender a todos los puntos del globo y aquilatar cuáles son las condiciones de vida en que vive el prójimo en todos los rincones del planeta. (
GEOGRAFIA-POLÍTICA. DERECHOS DEL HOMBRE)

En esta medida, la afirmación de que las comunicaciones han "empequeñecido" al planeta se vuelve inexacta ya que la desatención de la ubicación geográfica y de la existencia de miles de millones de seres humanos abre una enorme brecha de desconocimiento.

En 1989 el comunismo colapsó en oda Europa Oriental. El Muro de Berlín, el símbolo más visible del comunismo totalitario, cayó sin que se disparara un solo tiro. Fue igualmente el año de la revuelta de la Plaza de Tianamen con casi la permisividad occidental, anunciando la emergencia de la próxima potencia mundial. Y si fuera poco, también fue el año de la creacción de la web. Parece que fue el año del fin de siglo La gente hablaba del fin de la historia.

Francis Fukuyama publicó en 1989 su famoso artículo sobre el fin de la historia y, en 1992, el libro en que amplió y argumentó su teoría, explicando que, con la desaparición de la Unión Soviética y del comunismo, la democracia no tendría ya en el futuro alternativas de peso e iría poco a poco integrando al mundo en una civilización global de paz y libertad.

¿Quién se atrevería un cuarto de siglo después a sostener una tesis tan optimista?

 Donde uno vuelva ahora los ojos, la historia está más viva que nunca, las contradicciones y rechazos violentos a la cultura democrática son el signo de la época y ganan terreno por doquier.

En Occidente hay analistas que han anunciado, algo prematuramente, el fin de la ideología y el «fin de la historia» o el fin de la geografía.

La reestructuración fundamental de la producción, las finanzas y las comunicaciones que ha tenido lugar más o menos en la última década, ha deteriorado las fronteras nacionales y la soberanía nacional desde fuera. Al parecer, a ella siguen de manera simultánea dos tendencias contradictorias: la integración y fragmentación de los estados. Profundas mareas de sentimientos nacionalistas y regionales, y poderosos intereses globales financieros y de mercado parecen estar circulando en direcciones opuestas. Y aun así, si bien hay angustia y una sensación de desconcierto a propósito de los cambios de proporciones cataclísmicas del pasado reciente, también se percibe un sentimiento de oportunidad y esperanza acerca del futuro.

Los protagonistas de la nueva revolución de la información proclaman ahora «el fin de la geografía». La información parece perfilarse como la nueva determinante del poder. No cabe duda que la Red significa la promesa de mejor información, comunicación más expedita y la amplificación del sentimiento de comunidad sobre un papel, pero ¿se puede confiar en ella para democratizar sociedades? ¿Nos hace más sostenibles?

En síntesis: si bien las reformas económicas orientadas al mercado y la revolución de la información han obligado a los estados a integrarse más estrechamente, es una paradoja que esas mismas fuerzas hayan fortalecido fuerzas aislacionistas que fomentan un resurgimiento del nacionalismo y la pugna étnica. La fragmentación contemporánea del mundo y la afirmación de una identidad aparte, entre la gente de diversas sociedades, son un producto del desencanto postmoderno hacia la idea de progreso.

   El periodista Robert D. Kaplan (Nueva York, 1952), en su libro La venganza de la geografía. Cómo los mapas condicionan el destino de las naciones. traducido recientemente al español por RBA, sostiene que esta disciplina es "el telón de fondo" de la historia de los humanos y de los países. Sin embargo, subraya que la caída del Muro de Berlín (aquel histórico 9 de noviembre de 1989), la desaparición de una frontera "tan ficticia y surrealista", marcó el momento en que la geografía comenzó a ser despreciada, "cuando cegados por el idealismo rampante" se perdió de vista "la consistencia de los obstáculos geográficos". Esto propició una "percepción plana de la realidad, favorecida por el fenómeno de la globalización", que acabó destrozada por los conflictos de los Balcanes y las sucesivas invasiones y guerras en Oriente Medio. Fue la venganza de la geografía, que recuperó su protagonismo. El mensaje de este libro se resume en una advertencia a todo líder político: a pesar de los móviles, Internet y los satélites, no den por muerta la geografía, si la olvidan, corren el riesgo de ser derrotados.

 A pesar del triunfalismo de Francis Fukuyama, nuestras experiencias sugieren que la geo-historia dará respuestas . La nueva geografía  del presente: La geografía patrimonial

 Otras referencias:
"Los proximos cien años" y "El proximo decenio", por George Friedman.



Tony Judt afirma que hemos entrado en una «época de olvido».  En este libro, Tony Judt hace revivir aspectos clave del mundo que hemos perdido. En el libro Postguerra narra la rica y compleja historia del camino que hemos recorrido desde entonces hasta ahora, una historia que avanza bajo la sombra permanente de la guerra: la recuperación europea de la ruina, el declive y la caída del comunismo soviético, el auge del Mercado Común y la Unión Europea, el fin de los imperios europeos, la relación difícil y cambiante del Viejo Continente con la memoria de la guerra y con las dos grandes potencias que la flanquean: Rusia y Estados Unidos.

No cabe duda de que hemos entrado en una nueva era. LOs grandes cambios que estamos experimentado Afectan a todos los aspectos de la sociedad y la política, tanto nacional como internacional, y también a la guerra. La guerra de Irak puso de manifiesto la extraña impotencia de la supremacía militar occidental. La aplastante victoria de 2003 sobre las fuerzas de Sadam Huseín demostró que cualquier comparación con la Segunda Guerra Mundial era arriesgada. El éxito militar convencional ya no trae consigo la paz

La Postguerra  con la guerra fria llega hasta la Guerra de Irak y la elección de Benedicto XVI, y así da sentido a la identidad y a la historia reciente de Europa, a la Europa que es y ha sido, en un libro que sólo puede recibir el calificativo de obra maestra.

Nuestro planeta alberga alrededor de siete mil millones de habitantes. Está formado por múltiples espacios geográficos, como consecuencia de la relación entre los diversos escenarios naturales y las sociedades que se asientan en ellos y le imprimen un tipo de organización.

Tras la caída del comunismo en Europa asistimos a la desaparición del mundo bipolar y al nacimiento de un nuevo orden mundial en el que Estados Unidos se ha convertido en la única superpotencia y en árbitro del concierto internacional. 
Si nunca el comunismo con rostro humano logró imponerse, sí pudo hacerlo a partir de entonces un capitalismo con frecuencia deshumanizado y voraz, favorecido o estimulado por la globalización. De la misma manera que el Estado del bienestar y los reformismos socialdemócrata y cristianodemócrata fueron fruto de una necesidad histórica insoslayable -lograr la cohesión social para garantizar un crecimiento económico sostenido y sin grandes tensiones-, la liquidación del comunismo dejó a la economía de mercado sin competidor ideológico y la izquierda entró en la crisis de identida. Este cambio abrió un periodo de esperanza y de aparente distensión


A pesar, la realidad es que la Tierra sigue llena de armas y de conflictos que en muchos lugares están unidos a la pobreza y la eclosión de movimientos de carácter religioso. Aunque la democracia ha conocido un gran avance en las últimas décadas, todavía muchos pueblos viven bajo regímenes dictatoriales o en frágiles democracias en donde no se respetan totalmente los derechos humanos. Asimismo el compromiso social de la economía de mercado parece que se diluye en la avaricia privada.

Algunas de las siguientes particularidades que presenta el mundo actual son:

• La población está organizada políticamente en Estados que, en su mayoría, han adoptado regímenes políticos democráticos;

Aparecen nuevos nacionalismos, populismos o movimientos antisistemna
 • Hay tres centros de poder mundial: Japón, Estados Unidos y Europa Occidental; que hacen frente a un inminente ascenso de los países del Pacífico, donde China empieza a jugart sus bazas• El creciente comercio internacional permite que productos de muy diverso origen estén al alcance de casi todos los pueblos del planeta;
• El escenario económico está fragmentado en bloques. La globalización obligó a que los países se integraran para afrontar en conjunto los problemas que presenta la economía mundial. Por ejemplo, el MERCOSUR y la Unión Europea;
• El planeta se ha convertido en una aldea global; existen sistemas de comunicación cada día más perfeccionados que permiten a millones de personas ser testigos de los hechos mientras éstos están ocurriendo;
• Existe una cultura mundial, más allá de las peculiaridades que sobreviven en pequeños grupos.
• Los países en desarrollo y con economía más débil están afectados por el crecimiento incesante y desproporcionado de las ciudades. Como consecuencia de ello, se producen situaciones de marginalidad urbana y dificultades en la inserción laboral, que impulsan al ejercicio de la economía informal;
• La competencia global obliga a realizar cambios en la forma de producir, que no son fáciles de implementar para los países en desarrollo. Éstos carecen de instituciones políticas e infraestructura económica para enfrentarlos;

• Las empresas multinacionales dominan la producción mundial;
• La desigualdad en los ingresos y en el crecimiento del nivel de vida de la población. Dos terceras partes de la población mundial vive en países con ingreso per cápita bajo;

Explica el economista Thomas Pikettyen 'El capital en el siglo XXI', «el reparto de la riqueza es una de las cuestiones más debatidas hoy» porque los mecanismos redistributivos surgidos en Occidente se han quedado sin rival con el que competir en el Este; las desigualdades han aumentado y no asoman en el horizonte mecanismos de corrección. 

• Hay enfrentamientos entre productores y organizaciones defensoras del medio ambiente, por el manejo de los recursos naturales y la contaminación.


La humanidad deberá enfrentar en el nuevo siglo varios desafíos: poblacionales, políticos, económicos y ambientales. El reto mayor será reducir la brecha que separa a los países en desarrollo de los desarrollados, que es el origen de todos los males. La ayuda que los países ricos dieron a los pobres, en general, no ha dado frutos y sólo les acarreó a estos últimos un endeudamiento del que les es muy difícil salir.




Principales Desafíos De La Humanidad Para El Siglo XXI
Poblacionales
AmbientalesEconómicosPolíticos
* Crecimiento Desmedido de la población.
* Analfabetismo.
* Intensas corrientes migratorias.
* Enfermedades globales.
*Inseguridad Social.
* Discriminación.
* Falta de reconocimiento a las minorías.(indígenas)
* Urbanización explosiva.
*Desigualdades de género.
* Escasez de agua.
Deforestación.
*Pérdida de biodiversidad.
* Erosión de los suelos.
* Desertificación.
* Desastres naturales.
* Cambio climáticos
* Capa de ozono
Contaminación.
Residuos tóxicos y nucleares.
* Residuos urbanos.
Desempleo.
* Pobleza.
* Uso excesivo del suelo.
* Aprovechamiento irracional de los recursos natuarales.
* Brechas económicas.
* Globalización.
* Deudas externas.
Areas de soberanía.
Refugiados.
Conflictos bélicos
*
 Conflictos étnicos.
Bloques económicos-políticos.
Movimientos nacionalitas
Violación de los DD.HH.
Separatismo y regionalismos


El historiador Eric Hobsbawm en  un entrevista que se le hizo  y que se publicó en España en el año 2000 con el título de Entrevista sobre el siglo XXI (Crítica), nos da una serie de pistas para enfrentarse mejor a los conflictos que siguen vivos en la actualidad:

Globalización. “Es posible garantizar a todo el mundo que van a tener igual acceso a la Coca-Cola. Pero no es posible que todos tengan el mismo acceso a una entrada para el teatro de ópera de la Scala, de Milán. Porque por la naturaleza misma de este bien, el número de entradas de la Scala es limitado y no se pueden producir más. […]
Por eso creo que el problema de la globalización es la aspiración a garantizar un acceso tendencialmente igualitario para todos los productos de un mundo que es, por su naturaleza, desigual y distinto. Hay una tensión entre dos ‘abstracciones’. Se intenta encontrar un denominador común al que puedan acceder todas las personas para cosas que no son, repito, accesibles naturalmente a todos. Y ese denominador es el dinero, es decir, otra ‘abstracción”.

 Mito nacional. “Los mitos nacionales constituyen otro problema es en el que hay que saber distinguir entre lo que llega desde abajo y lo que se impone desde arriba. Esos mitos no surgen espontáneamente de la existencia real de la gente, son más bien algo que la gente aprende de alguien: de los libros, de los historiadores, de las películas; hoy en día de los que hacen televisión. En general no forman parte de la memoria histórica ni de una tradición viva, excepto en circunstancias especiales, que se dan cuando, lo que un día se convertirá en mito nacional, nace de la religión. Es el caso de los judíos […]”.

Estados-nación. “…la globalización es un proceso que simplemente no se aplica a la política. Podemos tener una economía globalizada, podemos aspirar a una cultura globalizada, tenemos ciertamente una tecnología globalizada y una sola ciencia global; pero de hecho, políticamente hablando, el mundo sigue siendo pluralista, dividido en estados territoriales. […]
En ese marco hay que preguntarse cuál será el debilitamiento de los estados-nación. ¿Será bueno, será malo? Ya se verá. Pero lo cierto es que no se les puede ignorar, no se puede analizar el mundo como si no existieran o no fuesen importantes. Porque en política es lo único que tenemos. Las posibilidades de que una sola autoridad global desempeñe una función política y militar eficaz son igual a cero”.
 
Comunismo. “…los regímenes comunistas eran, en cierto sentido y deliberadamente, regímenes elitistas. Aunque sólo fuese por el énfasis que ponían en el papel de guía que debía desempeñar el partido. Su objetivo no era convertir al pueblo, las suyas no eran fes, sino iglesias oficiales. Por esta razón, la mayor parte de los pueblos sometidos a estos regímenes estaban fundamentalmente despolitizados. El comunismo no entró nunca en sus vidas en el sentido en que, por ejemplo, el catolicismo entró en las vidas y en las conciencias de los pueblos de América Latina tras la colonización. El comunismo era algo de lo que se esperaba buenos o malos resultados, pero que en general no fue interiorizado por los pueblos”.

Individualismo libertario. “Creo que el individualismo libertario no es una base adecuada para la política del poder. Porque, en el fondo, el individualismo es lo opuesto a una política colectiva. Se puede movilizar a los pueblos en la senda del nacionalismo, del patriotismo o de otras rutas colectivas, pero si se dice al individuo que lo que cuenta es su supremo interés, luego es muy difícil convencerlo de que debe subordinar ese interés, aunque sea solo en parte, a los intereses de los demás”.

  
Guerra del futuro. “…determinados individuos o grandes corporaciones poseen [hoy] tanto dinero como los estados mismos. En buena parte gracias a la magnitud que han alcanzado las actividades ilegales, como el tráfico de drogas y el contrabando. […] En las guerras del futuro etas cuestiones serán, en mi opinión, cada vez más importantes. […] Trescientos milicianos bien armados, que no estén controlados directamente por ningún estado o gobierno, pueden incursionar fácilmente en vastas zonas y limpiarlas de ‘enemigos’. […] Cuanto menos estructurados, estatales, son los conflictos armados, más peligrosos son para las poblaciones civiles”.

Limpieza étnica. “Genocidio’ se ha convertido en un término utilizado con exceso y, por tanto, se ha despreciado; algo así como lo que ha sucedido con la palabra ‘fascismo’. El genocidio es un proyecto de eliminación total de una etnia. De algún modo, es una extensión lógica, y extrema, de la limpieza étnica. […] La limpieza étnica es un fenómeno que se manifiesta según varios y diversos niveles de gravedad, y puede ser llevada hasta los extremos del genocidio. Es algo ya de por sí lo bastante horrible, no hay ninguna necesidad de empeorar su sentido identificándola con el genocidio”.

Los inmigrantes. “En la situación actual, (…) se corre el riesgo de crear una sociedad dual: la primera caracterizada por la ciudadanía plena, dotada de plenos derechos; la segunda, compuesta por extranjeros con características de underclass permanentes. A algunos de ellos se les concederá ciertas formas de ciudadanía, pero a la mayoría se la considerará, en ciertos aspectos, como a una raza inferior, al menos desde el punto de vista de los derechos de ciudadanía. Hoy en día la mitad de los inmigrados que viven en Europa es clandestina, ilegal, y por lo tanto carente de derechos. A corto plazo, las víctimas de esta situación no experimentarán plenamente las consecuencias, porque si eres un emigrado del África negra, aun sin derechos de ciudadanía estás mucho mejor ganándote la vida en Florencia, pongamos por caso, que en tu país de origen. Este proceso crea una sociedad de apartheid”.

(Fragmentos del libro de Eric J. Hobsbawm Entrevista sobre el siglo XXI. Al cuidado de Antonio Polito. Traducción de Gonzalo Pontón. Crítica. Barcelona, 2000. Selección de José Andrés Rojo).



EL NUEVO ORDEN INTERNACIONAL.


La diferencia esencial entre Estados-nación y Estados-imperio no tiene que ver con colonias ni con formas de Gobierno; puede haber, y ha habido, imperios sin colonias y naciones con ellas, repúblicas imperiales y monarquías nacionales, Estados-nación dictatoriales y Estados-imperio democráticos,… sino con cómo unos y otros legitiman el ejercicio del poder. Los primeros por ser expresión de la voluntad de la nación, entendida como una comunidad natural con fines y objetivos propios, al margen y si es necesario en contra de quienes la constituyen; los segundos en la consecución o preservación de los objetivos para los que fueron creados, tan diversos como los que pueden ir desde la construcción de una sociedad sin clases, Unión Soviética, al crecimiento económico y la defensa de los derechos de los ciudadanos, Unión Europea. La legitimidad tiene en estos últimos un claro carácter funcional no de autorrealización de la comunidad política.


Ahora pare que nos encontramos al inicio de una era multipolar. El mundo multipolar se hacía real. Solo faltaba reconocerlo en las instituciones internacionales. Esto ocurrió en la reunión del G-20 de Seúl, en el año 2010. Se hizo un esfuerzo por dotar a los países emergentes de una representación más adecuada a su peso en el FMI, que se haría efectiva en el 2014. Sin embargo, despedimos el 2014 sin que la reforma se implementara, por el veto del Congreso estadounidense. Poco tiempo después, China creó el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura. Fue un momento en el que podía pensarse que las instituciones de la economía global se fragmentaban, aunque la presencia de los países europeos y la conversación ulterior, en Washington DC, entre Xi y Obama parecían desmentir esa idea.


Para Huntington, durante la guerra fría los países se relacionaban con las dos superpotencias como aliados, satélites, clientes, neutrales o no alineados, sin embargo, después de la guerra fría Huntington pensaba que los países se relacionarían como Estados miembro de cada civilización, como estados centrales, países aislados, países escindidos o países desgarrados (choque de civilizaciones). Diversos autores han criticado las tesis de Huntington, en su base o también por detalles concretos. Sobresalen aquellas críticas que han formulado el diálogo entre civilizaciones y la alianza de civilizaciones, pues piensan que la mayor parte de la humanidad prefiere coexistir amigablemente.

Si se lee trabajos como El choque de las civilizaciones, de Samuel T. Huntington, en el cual este ex asesor del Servicio de Defensa de Estados Unidos trató de delimitar los conflictos del siglo XXI. Acostumbrado a mover piezas en mapas de grandes dimensiones, Huntington trató de resolver este choque de civilizaciones de acuerdo a anacrónicos modelos militares, que poco tienen que ver con la realidad de los últimos tiempos. Las grandes migraciones han hecho que, en términos civilizatorios, China, India o Pakistán, se desarrollen en las grandes ciudades estadounidenses, el Islam en las más importantes ciudades europeas y Occidente, con su expansionismo económico y Cultural, se haga presente en todos los rincones del planeta.

PARA SABER MÁS, VER:

El mundo de hoy, en la primera quincena del siglo XXI, es muy distinto al que algunos podían imaginar a finales del siglo XX, tras la caída del muro de Berlín. Desde una perspectiva histórica, 15 años es mucho o poco en función de la intensidad de los cambios. 


Dice Naím, “el poder se está volviendo más frágil y vulnerable”. 

 Carl Sagan escribía así en uno de sus últimos libros (El mundo y sus demonios, 1995) sobre los peligros que veía venir:el nacionalismo y la xenofobia, el declive del pensamiento crítico, la frivolidad de los medios de comunicación, la disociación entre la ciencia y la democracia, 

 El sistema de apertura económica y política conseguido desde la Segunda Guerra Mundial y extendido tras el colapso de la Unión Soviética sufre una amenaza sin precedentes. La pérdida de confianza en los movimientos políticos establecidos, a causa de la crisis financiera global y de la desigualdad económica, ha dado pie a un auge del populismo y a un rechazo de los valores liberales sobre los que se sostienen la globalización y la democracia. Algunos indicadores de libertades muestran que muchos países reinciden en la violación de las libertades civiles, la democracia y la libertad de prensa.
   
  La competición entre las grandes potencias es un hecho: Estados Unidos compite con una Rusia más activa en política exterior y una China en auge. La región de Oriente Próximo, el mar de China Meridional y Ucrania son escenarios donde se pueden comprobar los diferentes intereses de esta nueva realidad.


Un peligro para la democracia no sería la dictadura de los mercados y los monopolios en los que el poder se concentra de modo indeseable, sino el otro extremo: las situaciones en las que el poder está demasiado fragmentado, diseminado y descompuesto, lo que genera caos y anarquía.
En un mundo así de revuelto, los mercados están instalados en la complacencia. La característica más nítida del poder en la primera parte del siglo XXI es su la concentración de poder por parte de las élites o de amenazas convencionales modernas (por ejemplo, la hegemonía de China) o premodernas (el islam radical), : la presencia de grandes empresas y entidades financieras “demasiado grandes para quebrar”, la fortaleza de unos mercados que tienden al oligopolio o al monopolio, los políticos de las grandes potencias que sirven a los primeros (el dinero y el poder se refuerzan mutuamente y crean barreras prácticamente impenetrables para sus rivales), las élites extractivas que trabajan por su propio interés y no por el bien común, etcétera.

 
 La degradación del poder y la corrupción —y no su concentración— se debe a tres revoluciones que han transformado la realidad social del planeta: la del más (cada vez hay más abundancia de todo), la de la movilidad (ese “más” se mueve más que nunca, llega a todas partes y a menor coste) y la de la mentalidad (las expectativas de la población crecen a más velocidad que la capacidad de cualquier Gobierno para satisfacerlas).


Los micropoderes, una nube de actores cuya fragmentación crea situaciones de obstrucción sistemática, la paralización o la demora en la toma de decisiones.

El auge de movimientos que expresan o aprovechan la indignación social, desde los nuevos partidos de extrema derecha o extrema izquierda

La coexistencia de identidades diversas, y hasta contradictorias, parece inevitable. La construcción de la ciudadanía no puede, quizás tampoco deba, pasar por lo identitario sino por derechos y deberes comunes a quienes comparten el mismo espacio político, hacia dónde se va y no de dónde se viene.

 El ascenso del populismo.
No se trata de una ideología, Es demagógia.que aboga a la desconfianza y el miedo , a la raza, lengua o religión distintas, a la xenofobia, el patrioterismo, o la ignorancia. Ingrediente central del populismo es el nacionalismo, xenófo, Los inmigrantes de color y los musulmanes son por ahora las víctimas propiciatorias del populismo en Occidente. . la lucha contra la religión. Ataca por igual a países desarrollados y atrasados, adoptando para cada caso máscaras diversas, de izquierdismo y de derechismo. La ola populista global estaba en su punto más alto al empezar este 2017. El desprestigio del sistema tras la crisis de 2008, la polarización política alentada por el mundo digital (donde vivimos en burbujas de opiniones que nos dan la razón), una eficaz maquinaria propagandista de desinformación y la ansiedad ante la revolución tecnológica son algunas explicaciones del fenómeno.

La promoción de un concepto compartido de seguridad, y la lucha contra el ciberdelito.

El número de personas desplazadas de sus casas de manera forzosa por las guerras, los conflictos o la persecución alcanzó en 2014 los 59,5 millones de personas (42.500 desplazados diarios de media), según el informe anual de la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur)

Desde el año 2011, conocido por el surgimiento de la Primavera Árabe, año al que se llegó con 42,5 millones de desplazados, el incremento ha sido de un 40 por ciento. Esos 59,5 millones engloban a desplazados internos dentro de sus países (38,2 millones), refugiados (19,5 millones) y solicitantes de asilo (1,8 millones)



Un grupo de inmigrantes subsaharianos escala la valla fronteriza entre Marruecos y Melilla poco antes del amanecer. Muchos la han cruzado durante este año, pero muchísimos más siguen sin conseguirlo o han perdido su vida en el intento. SANTI PALACIOS (AP)

Esta frontera es una fractura entre el norte y el sur del planeta; la más desigual; más que la de Estados Unidos con México o la de Alemania con Polonia. La renta por habitante de España supera 10 veces la de Marruecos. En cuanto al índice de desarrollo humano, España ocupa el puesto número 27; Argelia, el 93; Marruecos, el 129. Las cifras empeoran cuando descendemos al África subsahariana, donde el índice de nacimientos es de 5 a 1 respecto a España. Esa suma de ­factores da como resultado una presión migratoria difícil de contener en el Estrecho: para muchos jóvenes africanos, la idealizada última estación antes de alcanzar Europa.

“la peculiaridad del Estrecho es que se amontonan muchos problemas, amenazas y oportunidades en un espacio muy limitado. No hay otro lugar igual en el planeta”No hay otro lugar igual en el planeta”. Para empezar, no se trata de una frontera. Son cuatro: la exterior de la Unión Europea; la de España con Marruecos, en Algeciras; la de Gibraltar con España, en La Línea, y la de Ceuta con Marruecos. De esa variedad de fracturas territoriales ha surgido durante siglos una economía muy particular; una forma de ser y unas peculiares ciudades-espejo, o ciudades-cremallera, cuyo destino está íntimamente unido a la urbe que está al otro lado de la aduana



Campo de refugiados de Zaatari, cerca de la ciudad jordana de Mafraq, 18 de julio 2013. POOL
Los 130.000 refugiados sirios que han huido a Jordania y ahora viven en el vasto campo de Zaatari anhelan la caída del régimen sirio

La enorme afluencia de refugiados que ha sorprendido a Europa en pocas semanas está poniendo a prueba algunos pilares comunitarios. Tras los pasos de Alemania, Austria —recurriendo a los militares— y Eslovaquia han restablecido temporalmente los controles en las fronteras interiores, cuya desaparición constituye uno de los grandes logros de la UE. Por primera vez se produce una reacción así por cuestiones migratorias. La presión de las fronteras ha logrado que los ministros de Interior hayan pactado el reparto excepcional de 160.000 refugiados por los países miembros, pero sin asumir cuotas obligatorias  Y ya no provienen en su mayor parte del Magreb o del África Subsahariana, sino de cualquier lugar de Oriente Medio, de Pakistán, Afganistán o incluso de algunos lugares de Indonesia o Asia. Ahora los inmigrantes o refugiados, ahora  parece que por oleadas chocan con nuestras fronteras.

emigracion,119 subsaharianos frente a libia, junio 2016, CLAUDIO ÁLVAREZ



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